
- Editorial:
- EDICIONES PALABRA
- Año de edición:
- 1997
- ISBN:
- 978-84-9061-192-0
- Páginas:
- 736
- Colección:
- Grandes obras
Vida de Jesús
Fernández-Carvajal,Francisco / Escritor
4ª ed. 3,36 T. 1.273 ejs. F. 28/02/2022
3ª ed. 3,50 T. 1.070 ejs. F. 22/02/2019. 78 ejs. a 0.01 para PMP = 3.26
2ª ed. 2,89 T. 1.758 ejs. F. 11/03/2015
Este libro refleja cómo Jesucristo no es un mito, ni una idea abstracta cualquiera. Es un hombre que vivió en Palestina, en el siglo I, en un contexto religioso y social concreto. Los hechos de su existencia, la cultura judía en la que creció, los lugares y caminos que recorrió durante algo más de treinta años se pueden indicar con gran precisión. Los evangelistas ponen sumo interés en narrar con toda veracidad y realismo los hechos y palabras del Señor y nos ayudan a conocer y amar la figura siempre nueva de Cristo.
En esta nueva edición se ha aligerado el texto de algunos asuntos marginales y se han incorporado nuevas referencias procedentes de Benedicto XVI y el Papa Francisco. Además se incorporan una serie de Anexos y un amplio índice temático.
Ahora, al inicio del nuevo milenio, la Iglesia invita a los fieles a dirigir la vista a Jesucristo con más piedad y con más amor. Le podemos contemplar una y otra vez, y en Él encontramos un rostro siempre nuevo e inagotable, que invita a seguirle. Podemos observar su mirar compasivo y misericordioso, su gesto cordial y optimista, su buen humor, su tristeza ante el mal...
Este libro pretende ser una mirada a Jesús de Nazaret, a Jesús vivo que se encuentra entre nosotros, como nos lo han transmitido los evangelios. A una persona a la que se quiere mucho es posible contemplarla una y otra vez desde ángulos distintos. Un cuadro, una obra maestra, puede admirarse desde distancias y actitudes del alma siempre nuevas. Por eso siempre habrá nuevas vidas de Cristo nacidas de la fe, del amor y de los datos que las distintas ciencias, con el correr de los siglos, aportan al conocimiento del tiempo y del lugar en que se desarrolló la vida de nuestro Señor. La Iglesia no renunciará a seguir contemplando con matices distintos esa figura inefable de la persona más amada del mundo, signo de contradicción también para cada hombre.